lunes, 28 de julio de 2014

Época de mantenimiento

Semana 44
Peso: 117,5 kg.

La primera vez que me pesé...y la última
Verano. Malos tiempos para la dieta. Lo normal sería llevarnos las manos a la cabeza y preocuparnos por el hecho de haber bajado de forma brusca la cantidad de peso adelgazado. Pero tengo la inmensa fortuna de contar con una médico muy inteligente, que me conoce casi como si me hubiera parido y eso que nos vemos de Pascuas a Ramos, y que de forma absolutamente racional ha relajado las dietas que me manda durante estos meses estivales.

Estamos en una época muy propensa a celebraciones, eventos, fiestas y demás que no se dan con la misma frecuencia el resto del año. Además, las vacaciones sumadas al calor que hace favorece el hecho de que el consumo de cerveza sea mayor. ¿La cerveza engorda? No os perdáis mi siguiente entrada, que tratará de ello. A lo que vamos: siempre he sido un gran bebedor de cerveza. No concibo estar sentado en una terracita en verano con 35º a la sombra sin un buen zumo de cebada en copa helada. Obviamente, este verano está siendo un poco diferente, ya que he eliminado casi por completo la cerveza en mi frigorífico, y limito mi consumo a cuando estoy con los amigos. En cuanto a la alimentación en general, estoy combinando tres dietas diferentes, una por semana, todas total y absolutamente llevaderas, comiendo casi de todo, pero lógicamente sin pasarme, y evitando caprichos tontos que son pan para hoy y hambre para mañana...(no tengo muy claro si estoy usando correctamente el símil ;) )

Ahora estoy en un ritmo de perder una media de medio kilito por semana, poco más o menos. En las dos últimas, han sido 800 gramos menos, que obviamente no son los 3 kilos y pico que se daban hace unos meses, pero que todo suma. Me gusta echar la vista atrás para aprender de mis errores. Buscando fotos, he comprobado que ahora mismo estoy en mi mejor peso de los últimos 10 años, que se dice pronto. He ganado no sólo en salud, sino sobre todo en vitalidad, incluso en alegría, rompiendo el falso mito del gordito feliz...eso es mentira. El gordito (o el gordo-cabrón que yo era) no es feliz, no es más que un escudo para tapar sus carencias, una fachada que se derrumba cuando cruzas el umbral de tu casa y vuelves a la puta soledad.

Por eso reviso fotos continuamente, por eso miro mis tickets de la farmacia para darme cuenta del prodigio que una médico y una enfermera prodigiosas han logrado conmigo. Por eso me gusta hablar en plural, decir "hemos perdido" en vez de "he perdido", porque voy de la mano de ambas. No conozco la sensación de ganar millones en la lotería, pero debe de ser muy parecida a la que yo siento cuando veo la suerte que he tenido al contar con dos profesionales como la copa de un pino.

Pues nada, entro en una semana que va a ser de alta tensión nerviosa para mí por motivos familiares. Yo que siempre me he tenido por una persona muy tranquila resulta que tengo los nervios a flor de piel, y me afectan sobremanera determinadas situaciones como a la que me voy a enfrentar estos días. Pero bueno, cruzaremos los dedos y trataremos de ser todo lo optimistas posibles. Espero poder contaros en un par de semanitas que todo ha ido fenomenal. Seguro que sí...

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