lunes, 24 de marzo de 2014

Creo que necesito ropa nueva

Semana 26
Peso: 127,5 kg.

Sabía yo que esto de adelgazar me iba a salir caro. Perder entre 25 y 40 centímetros ya de los parámetros habituales (tórax-cintura-cadera) ha provocado que casi toda mi ropa me siente en estos momentos como el culo. Me sobra por todas partes. Claro que, como esto sigue adelante, no veía el punto de inflexión en el cual dejara de vertir prendas que ahora parecen sotanas para hacerlo con prendas más adecuadas a mi nueva talla. Eso de gastarme una pasta en camisas y pantalones para que en un mes me queden grandes como que no, sobre todo dada mi actual situación económica.
A Natalia la quiero tanto que me la llevo puesta.

Pero todo tiene un límite. Hasta ahora, como era invierno, era más sencillo disimular el tamaño de las mismas, un buen abrigo oculta todo, aunque éste te quede grande de por sí. Pero ahora que llega el buen tiempo la cosa se complica. Ahora todo se ve, y dado que me estoy quedando con un cuerpo digamos extraño, (hay partes del mismo que es imposible quitar sin recurrir a la cirugía, como la riñonera de piel que se me ha formado) no me queda otra que renovar mi armario.

Claro que el problema sigue estando ahí, para la gran mayoría de marcas de ropa y de tiendas, sigo siendo un gordo rechoncho, y no merece la pena hacer tallas para gente como yo, así que tendré que seguir, por un tiempo, recurriendo a los cauces habituales, es decir, el par de perchas de tallas grandes del C&A y las cuatro tiendas especializadas (y caras de cojones) vía internet para gordos.

Esta semana iré a averiguar cuáles son mis tallas actuales. Por la ropa que he rescatado del trastero de hace años, calculo que andaré ahora rozando la XXL en camisas y polos, y alrededor de la 56-58 en pantalones, algo que me enorgullece después de haber vestido 5XL y la 70 respectivamente, pero continúa siendo un problema. El señor Amancio Ortega no está por la labor de satisfacer mis necesidades, así que mucho me temo que mi economía temblará en las próximas semanas. De todas formas, es indescriptible la satisfacción que voy a sentir al vestirme con prendas impensables hace unos meses.

Dejando a un lado el tema, estas dos semanas he conseguido reducir mi peso en 2,5 kilos, o lo que es lo mismo, ya empiezo a perder peso casi como la gente normal. Cierto es que mi médico (¿os he dicho que la quiero con locura? :) ) ha suavizado un poco la dieta estas últimas semanas, y estoy comiendo ya casi prácticamente de todo. Eso sí, con mesura.

Ahora se avecinan días difíciles, ya que a mogollón de gente querida le ha dado por cumplir años en la última semana de marzo (incluso a mí), pero bueno, estoy convencido que superaré la prueba con nota, y si no, no hay problema, abril es mucho más relajado en acontecimientos.

lunes, 10 de marzo de 2014

Crema de verduras

Semana 24
Peso: 130,0 kg.

Los que me conocéis a fondo, sabéis de mi animadversión a las verduras. En realidad no es que no me gusten, digamos que soy un tipo con un paladar exclusivo, que rechaza determinadas texturas, sobre todo en lo que a fruta y verdura se refiere. Por poner un ejemplo, me encanta el zumo de naranja, los caramelos de naranja, los refrescos de naranja...pero soy incapaz de llevarme una naranja a la boca. Sí, vale: soy un rarito.

Y es en este momento cuando surge la pregunta del millón...¿cómo coño ha hecho este tío para adelgazar sin apenas probar fruta y verdura? El tema fruta lo soluciono con la manzana, que es de las poquitas que me puedo llevar a la boca sin rechazo. De hecho, me encanta. Peras y plátanos son otras opciones, pero muy esporádicas. En cuanto a la verdura, mi médico me aceptó setas y champiñones como animal de compañía, lo que unido a los pimientos rojos, que no verdes (sí, muy rarito) facilitaba el aporte verde a mi maltrecho cuerpo.

Y en esto que apareció la figura de mi madre. Llevaba muuucho timpo insistiéndome, cuando iba a comer a su casa, en que probara su puré de verduras, a lo cual siempre me había mostrado completamente reacio. Pero claro, tu médico te insiste en los beneficios de la verdura, y al final no te queda más remedio que hacer de tripas corazón y probarlo. Para mi sorpresa, lo caté y....estaba cojonudo! Mi madre siempre se empeñaba en enumerarme los ingredientes cual lista de los Reyes Godos, a lo cual siempre le decía que parara, que ojos que no ven... (o en este caso, oídos que no escuchan...)

Así que, cual niño pequeño al que se lo tienen que dar todo pasado para que coma, comencé a llevarme tuppers con la susodicha crema de verduras, y hoy me he decidido a compartir la receta con todos vosotros. Sé que más de uno va a decirme que tal o cual verdura no es conveniente para el régimen, que sería mejor y más sano cambiar tal o cual cosa...pero me da igual, a mí me gusta como es, y si es bueno o malo para adelgazar, a las pruebas me remito, Señoría...

Ingredientes (para unas 10 raciones):
· 3 calabacines
· 3-4 zanahorias
· 1/2 calabaza pequeña
· 1 cebolla
· 4 ajos
· 250 gr. de alubia verde
· 1 pimiento rojo grande
· 2 patatas pequeñas
· 1 puerro
· Aceite
· Sal
· Pimentón picante

Preparación:
Se trocean todas las verduras y se ponen a cocer con agua que las cubra, no demasiada para que quede una crema espesa. el tiempo de cocción ya dependerá de cada cocina, mi madre calcula que una hora y media en cazuela normal y fuego eléctrico, pero en olla express será otro cantar.

Una vez cocidas las verduras, cogemos la batidora y lo trituramos bien todo, hasta lograr una consistencia cremosa y evitando las fibras que pudiera proporcionarnos el puerro u otras verduras. Mientras, en una sartén, calentamos aceite y freímos pimentón picante al gusto, con cuidado de que no se nos queme, y lo añadimos a las verduras. Y voilá!
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Como véis, muy sencillo de preparar. Ni que decir tiene que podemos añadir o quitar otras verduras, eso ya va con el gusto de cada uno, o de que nos hayamos acordado de comprarlas todas. El resultado será parecido, una exquisita crema a prueba del mayor antiverduras del mundo. ¿Que sin el sofrito de pimentón sería mucho más eficiente? No lo dudo, pero el puntito picante y el sabor que le aporta bien lo vale.

En cuanto a los resultados de estas dos semanas, han sido un total de 2,200 kilos los perdidos. Lógicamente la cosa se va tranquilizando, y ya no se ven las cifras espectaculares de meses atrás, pero lo importante es que sigue habiendo una línea descendente. También es cierto que mi nivel de relajación en estos momentos es mucho mayor. Al fin y al cabo, estoy logrando lo que cualquiera que quiera perder peso desea: hacerlo sin sufrir. Y yo cada día disfruto más de la vida.
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