lunes, 30 de junio de 2014

Haz dieta sin ponerte a dieta

Semana 40
Peso: 118,9 kg.

No. Ni me he vuelto loco, ni me está afectando a las neuronas esto de perder peso ni nada de nada. Hoy me gustaría hablaros de unas sencillas pautas para perder peso sin tener que meternos en sacrificios extremos, una serie de actos que, si los convertimos en cotidianos, veremos que, sin demasiado esfuerzo, nuestro cuerpo puede volver a ser el que era, si es que alguna vez lo fue...

Pero como dijo mi amigo Jack, vamos por partes. Ni soy dietista, ni nutricionista, ni nada que acabe en -ista (bueno sí, barcelonista, pero no viene al caso...). Quiero decir que lo que os voy a dar son una serie de consejos a nivel personal, sin ánimo de sentar cátedra, sino simplemente de compartir mis experiencias por si a alguno le sirven. Así que nadie se me enfade.

1. Ejercicio, ejercicio y más ejercicio.
Ya está el pesao de Paco con el tema del ejercicio...pues sí, os guste o no, una gran parte del mérito de que ahora pese casi 60 kilos menos que hace unos meses radica en el ejercicio físico. Y no me valen excusas del tipo "yo es que no tengo tiempo" y similares. Siempre hay tiempo. Y si no, nos lo inventamos. Prueba por empezar a subir andando a tu casa en vez de coger el ascensor. Vale, es una putada si vives en el piso 14, pero en ese caso...porqué no empiezas bajándote en el 10 y subiendo a pata el resto? Más adelante ya irás incrementando la distancia. No cojas el coche a no ser que sea estrictamente necesario. Hay gente que lo usa hasta para ir al baño, y usar las piernas en su lugar no sólo nos va a traer beneficios físicos, sino también económicos....y hasta psicológicos, esa mala leche que haces cuando no encuentras sitio para aparcar o una viejecita cruza a sus anchas un semáforo en rojo...luego ya, si tienes más tiempo, saca un rato para irte a pasear. Sin más. Andar. Qué cosa tan fácil y que aprendemos desde pequeños. ¿Media hora? Pues media hora. Todo suma.

2. Desayuna como un rey...
...come como un principe y cena como un mendigo. Ese es el dicho popular, y no le falta razón, aunque con matices. Es muy importante que intentes regularizar las cinco ingestas de alimento diarias: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Si te vuelves metódico con esto, evitarás el mayor de los pecados para un aspirante a exgordo: picar entre horas. Es importante empezar con un buen desayuno. Un café con leche, una tostada, una pieza de fruta o un zumo...muchos dietistas coinciden en que es la comida más importante del día, y no les falta razón, ya que nos ayuda a afrontar con fuerza la jornada laboral, y nos reduce nuestro grado de ansiedad. Comer algo a media mañana es importante, ya que, por una parte, nos ayudará a matar el gusanillo, y por otra, reducirá las ganas de comer al mediodía. Pero claro, si en ese momento te metes un bollo industrial no hacemos nada. Sustitúyelo por una pieza de fruta, un yogur, incluso un bocatita de queso fresco, algo que te sacie en el momento y nos ayude a llegar a la hora de la comida sin ganas de arrasar.

En la comida, come variado. No es necesario que te obsesiones con las verduras, recuerda que hemos dicho que no nos estamos poniendo a dieta. Come bien...pero come bien. No, no me he equivocado, come bien, come de todo, no hace falta que elimines legumbres, arroz o pasta de tu dieta, pero tómalas con mesura y, con unos pequeños cambios, verás que no engordan todo lo que te creías. La legumbre prepáratela con verdura en vez de con chorizo u otras grasas, el arroz, con pollo y unos pimientos es una excelente opción como plato único, la pasta, en vez de con tomate y carne picada, prueba a hacértela con un chorrito de aceite, un poco de picante y unas gambitas...siempre hay un roto para un descosido. ¿Segundos platos? Ya sé que te encanta un buen filete con patatas, pero si éstas las sustituyes por unos pimientitos o unas setitas, estará igual de rico y tu número de calorías no aumentará en demasía. Evita rebozados y fritos, descubrirás que a la plancha sacarás más el sabor de todos los alimentos.

A media tarde siempre entra gusa. Es inevitable. Pero en vez de arramplar con lo primero que veas en el frigo, sé metódico. Fíjate como objetivo un minibocata de queso fresco con jamón york, por ejemplo, si no te lo has comido al mediodía, en vez de recurrir a otros embutidos. Cómete un buen plátano de Canarias, que por mucho que digan que tiene el doble de calorías que una manzana, también es cierto que pesa la mitad. Un yogur y un par de galletas, un café con leche y un par de ídem...tienes mil opciones.

Y, a la hora de cenar, es conveniente que lo hagas ligero. Si te ves que vas a llegar con mucha hambre, una manzana una hora antes de cenar reducirá tus ansias. Yo en la cena recurro en muchas ocasiones a un revuelto de setas, pimientos con un huevo. Está delicioso, te sacia y apenas engorda. Evita ensaladas de lechuga y también la fruta, no me digáis porqué, pero no se digieren bien. Ah! Y no cenes 20 minutos antes de irte a la cama, dale tiempo a la digestión.

3. Sustituye las cosas que sabes positivamente que engordan
Todos sabemos poco más o menos lo que engorda y lo que no. Cualquiera sabe que algo a la plancha es más sano que rebozado, que la fruta es mejor que los helados, y que la bollería industrial es un atentado contra nuestra salud. El jamón de york es mejor que el chorizo y el queso fresco mejor que el curado. Pero esto no significa que tengamos que renunciar a todo lo malo. Ni de coña. Date de vez en cuando un capricho, la vida no está hecha para sufrir, ni mucho menos para contar calorías como dicen en el anuncio, pero que sea eso, un capricho. Cómete un buen bocata de vez en cuando, tómate unas cervecitas, pero no lo conviertas en un hábito diario. Y, cuando lo hagas, trata de compensar. En vez de media hora, una horita andando. en vez de comer legumbre, si se que voy a cenar una hamburguesa, cómete una ensalada y algo a la plancha. Al final, se trata de encontrar el equilibrio. Como ya dije en su día, sólo hay una fórmula mágica para adelgazar: consumir menos calorías de las que gastas. Así de fácil...y de difícil en ocasiones.

En fin, que me dejo muchas cosas en el tintero, pero no quiero aburriros. Quizás en otra entrada ahonde más en todo esto. Por mi parte, decir que estas semanas han sido complicadas, fiestas locales y demasiados actos sociales han hecho que mi peso no se haya reducido en demasía, pero bueno, ya estamos en los 118, camino de los 110, y de ahí a los 100....venga, vale, poco a poco ;)

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