Peso: 122.5 kg.
En esta segunda entrega de mis paseos favoritos os hablaré de dos que nos proporcionarán unas vistas y unos paisajes excepcionales, uno a un tiro de piedra del centro (el monte Cantabria) y el otro, un poquito más alejado pero que merece mucho la pena (La Grajera). A pesar de que uno es monte y otro una larga caminata, los dos son bastante accesibles para cualquiera con ganas de conocer los bonitos parajes que nos encontramos a escasos kilómetros del centro de la ciudad.
LA GRAJERA
Distancia aprox.: 15 km.


Tras cruzar la cirvunvalación, cogeremos el único camino posible, en el cual nos cruzaremos, sobre todo los fines de semana, con infinidad de gente andando, corriendo, en bici...os garantizo que en ningún momento os sentiréis solos. Al fondo veréis una gran arboleda que os indicará el destino. Después de dos kilómetros desde el parque, llegaréis al pantano. a partir de ese momento tenéis dos opciones: dar o no dar la vuelta al mismo. Obviamente os recomiendo la primera, ya que así podremos contemplar una manada de gamos en semilibertad (ver foto) así como un puñado de ardillas que os acompañarán por el recorrido.
Poco antes de terminar la vuelta, una cafetería-restaurante os permitirá hacer un alto en el camino, absolutamente aconsejable el disfrutar de su terraza con vistas al pantano (ver foto). Una vez repuestas las fuerzas, volveremos por donde hemos venido, teniendo la opción, poco antes de la entrada a la ciudad, de girar a la derecha y adentrarnos en la misma por las traseras de las horripilantes casas de Toyo Ito, bordeando el centro comercial Parque Rioja, para regresar al centro de la ciudad.
MONTE CANTABRIA
Distancia aprox.: 7,2 km.


Según vayamos ascendiendo podremos ir contemplando las magníficas vistas de la ciudad, que culminarán en la parte más alta del monte, sobre las viejas cuevas prehistóricas que se pueden apreciar desde la orilla del río.
Una vez arriba, podremos comprobar el estado de abandono que tiene el lugar, donde es fácil encontrarte desde cajas vacías de pizza a condones. Una verdadera pena. Pero para evitar llevarnos un mal rato, lo mejor es mirar al frente y ver una fantástica panorámica de toda la ciudad. Eso sí, os aconsejo un día soleado para hacer este paseo, aunque, como podréis comprobar en las fotos, aún nublado es precioso.
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